lunes, 8 de julio de 2013

CARRERA: Gran Premio de Alemania 2013


VETTEL, COMO EN CASA


Seb llegó al paddock con una sonrisa de oreja a oreja. A pesar de haber tirado 25 puntos a la basura en Silverstone por culpa de un problema con el cambio y de entrar en el temido mes de julio (aquel en el que no había ganado ninguna carrera), volver a correr en su país, Alemania (donde tampoco había vencido nunca), le cargaba las pilas y le llenaba de motivación para el fin de semana, el primero desde que cumplió 26 años. Además, en esta ocasión el día a día en el circuito de Nürbürgring iba a ser mucho más sencillo. Los periodistas andaban más cerca de Paul Hembery y Mario Isola que del líder del Mundial. Eso tendría que ser bueno.

Vettel pronto se centró en lo que le importaba, es decir, en que había una carrera que ganar el domingo. Pero había otros señores que también corrían en casa. Y probablemente la marca alemana por excelencia. Mercedes dio un golpe de autoridad en Silverstone, a pesar de los Pirelli explosivos, y qué mejor manera de refrendarlo que venciendo en Alemania. Y si el ganador era Nico Rosberg, el éxito era redondo. Además, los Lotus habían mejorado enormemente y Ferrari iba a despertar del bache en Inglaterra. Por no hablar de Mark Webber, su compañero, que podría circular durante 8 meses al año por el carril de la derecha pero que en algunos trazados corría como el que más. Se esperaba que el australiano fuera rapidísimo en Montecarlo y Silverstone, como así fue. Decir que la victoria iba a estar difícil era quedarse corto.

Pero el Seb de 2013 es una versión muchísimo más pulida de lo que empezamos a atisbar en 2011 y 2012. Comenzó a escarbar en su pilotaje, a darle vueltas, y fruto de todo ello tenemos a un Vettel extremadamente sólido, y constantemente pilotando como el mejor. Aniquiló a Mark en España (otro circuito perfecto para el australiano) cuando por fin consiguió encontrarle el truco al difícil tercer sector, y le venció en dos calificaciones complicadas y vitales en Mónaco y Gran Bretaña. De pronto, Seb se dio cuenta de que Mark era ganable en absolutamente todos los trazados.

Claro que el W04, pilotado a la perfección por Lewis Hamilton (y, si la competencia no hubiera mejorado tanto en la Q2, por Nico Rosberg), era un desafío muy complicado de batir. El RB9 demostró gran fortaleza en tandas cortas (además de en largas), pero no bastó para superar la grandísima vuelta del inglés. Vettel se conformó con el 2º lugar y Mark le guardaba las espaldas de los Lotus, muy mejorados en clasificación y temibles como siempre en carrera. Ferrari se autodescartó al calificar con las gomas más duras.

Así pues, en un domingo más cálido y agradable, todo se reduciría a la salida. Al menos en cuanto a la lucha con Hamilton. Si el Mercedes degradaba las gomas con altas temperaturas, sería conveniente quitárselo de encima cuanto antes. Dicho y hecho. Al apagarse los semáforos, Lewis patinó un poco y Seb pronto le cogió el interior. El de Tewin estaba completamente vendido, sobre todo cuando vio que Mark Webber salía por fin como debe y se emparejó con él y luego con Vettel en una valiente frenada. El alemán hizo valer la posición en la pista, por el interior, y entró en el Mercedes Arena en cabeza. La segunda posición de su compañero parecía encaminarles a un cómodo doblete, y si era necesario Mark se encargaría de retener a quien osara disputar la victoria del tricampeón.

Pero la Fórmula 1 es grande por las cosas inesperadas que suceden. Cuando algunos podían pensar que Vettel se iba a escapar de Webber a un segundo por vuelta, la realidad enseñó que ambos estaban completamente pegados, a pocas décimas, y que la primera parada en boxes iba a ser decisiva. En el séptimo giro, el alemán se dirigió a los boxes, para cambiar unos no tan malos neumáticos blandos. Evidentemente, Mark entró en la vuelta siguiente. El cambio de ruedas fue perfecto, o eso diríamos si los Fórmula 1 fueran un triciclo. Por desgracia, la pistola de la rueda trasera derecha falló a la hora de atornillar el neumático, y, en lo que fue un error garrafal de comunicación, los gatos bajaron y Webber lo entendió como señal para acelerar. Obviamente, la goma no tardó en desprenderse, y sembró el caos. Los mecánicos de Lotus la esquivaron, pero el cámara apostado en Mercedes, Paul Allen, se llevó un tremendo impacto. Todos temieron lo peor, pero afortunadamente el parte médico descartó que su vida estuviera en peligro y sólo tiene fracturas en una clavícula y dos costillas. Sólo fue un susto.


En cuanto a la carrera, obviamente Mark perdió toda opción de victoria, aunque volvió a la pista (con 1 vuelta perdida), buscando que un golpe de fortuna pudiera auparle a los puntos. Y dicho y hecho. Mientras Vettel se defendía de un fenomenal Grosjean (que aguantó 12 vueltas con los blandos y pudo recortar las diferencias con el líder al inicio del segundo stint), el motor del Marussia de Jules Bianchi explotaba antes de la chicane NGK. Ver reventar un propulsor es rara avis en los tiempos que corren (aunque imaginamos que no a partir del próximo año, con los V6 Turbo), pero lo peor no fue el abandono del francés, sino que el coche se quedó con alguna marcha engranada y empezó a deslizarse cuesta abajo, sin que ningún comisario lo evitase. El MR02 atravesó la pista y se frenó con un cartel de publicidad. Charlie Whiting, en vistas del evidente peligro que supone un coche errante en medio del trazado, sacó el Safety Car.

Esto permitía revivir a algunos pilotos un poco descolgados como Kimi o Fernando, pero la estrategia de éste se ponía en entredicho. Antes de la carrera se podía plantear que el español fuese a dos paradas (como Button), reservando la última para las últimas 8-10 vueltas. Pero lo que no estaba en el papel es que en la vuelta 25 (en la que salió el SC) Fernando ya tuviera hechas esas 2 paradas. Era obvio que tendría que hacer una tercera, pero su stint con duros debería ser extremadamente largo y podría perder cualquier ventaja que le hubiera aportado el Safety. Lo comido por lo servido.

Con Mercedes totalmente desaparecido (Hamilton no tuvo fortuna en el lance de Bianchi, y Rosberg sufría para meterse en puntos), la carrera se resumió en una batalla Vettel-Lotus. La gestión de las gomas estaba del lado británico, y la velocidad era muy pareja, pero la posición en pista la tenía Seb, y eso resultó decisivo. Los de Enstone tenían 2 bazas que jugar para ganar la carrera, e incluso estaban en disposición de "obligar" a que Seb no venciese. El cebo fue Grosjean, que estaba realizando un GP excelente, parando en la vuelta 40, y ello dejó a Red Bull sin más remedio que llamar de nuevo a pits a su piloto. Ahora era Kimi el líder, y demostró a todo el mundo que su E21 es un auténtico cochazo, que las gomas Pirelli bien gestionadas pueden dar mucho de sí y que, cómo no, el finlandés es uno de los mejores pilotos del mundo.

La táctica parecía consistir en que Räikkönen no iba a parar más, confiando en que sus gomas medias iban a aguantar las vueltas finales el empuje de Seb, que además tendría que vigilar los retrovisores, pues Romain seguía presionando. Pero en Lotus pensaron que poner los blandos en un último stint muy corto era menos arriesgado e igualmente podían superar al alemán en pista. Al fin y al cabo, habían demostrado ser muy rápidos con ambos compuestos, y la distancia entre Seb y Kimi tras el pit stop no sería muy amplia. Räikkönen y Alonso entraron en la vuelta 49, y ambos pusieron los Pirelli del flanco amarillo. Comenzaba la frenética persecución.

Fernando Alonso marcaba vueltas rápidas en la caza del podio, si no algo más. Kimi se comía a su compañero, y en Lotus no tardaron en dar la orden a Grosjean: Kimi va a ir mucho más rápido que tú, no le molestes. El francés se apartó pronto antes de la chicane final, y Kimi se lanzó a la caza, con 5 vueltas para el final. Por su parte, Alonso ya estaba a menos de 2 segundos del cajón. ¿Podrían ambos cumplir sus cometidos?

No fue suficiente. Seb pilotó a la perfección, al límite en unas últimas vueltas de infarto. Consiguió que Räikkönen sólo entrase en la zona de DRS en la última recta de la carrera. Con todo bajo control, cruzó la meta y sacó el puño (y el dedo, cómo no), al aire. Grosjean conseguía mantener la 3ª posición, en lo que es un podio tan merecido como necesario. Vettel llegó al parque cerrado, celebró y en el podio emuló a uno de sus ídolos, Michael Schumacher, con su famoso salto.

El joven alemán tiene todas las papeletas para batir los escandalosos números del heptacampeón. Sólo el tiempo nos dirá si Vettel entrará en la grandeza.



 RESULTADOS DE LA CARRERA

S VETTEL (RED BULL) 1:41:14.711

2º K Räikkönen (Lotus) +1.0

3º R Grosjean (Lotus) +5.8
4º F Alonso (Ferrari) +7.7

5º L Hamilton (Mercedes) +26,9
6º J Button (McLaren) +27.9
7º M Webber (Red Bull) +37.5

8º S Pérez (McLaren) +38.3
9º N Rosberg (Mercedes) +46.8
10º N Hülkenberg (Sauber) +49.8

11º P di Resta (Force India) +53.7

12º D Ricciardo (Toro Rosso) +56.9
13º A Sutil (Force India) +57.7
14º E Gutiérrez (Sauber) +60.1
15º P Maldonado (Williams) +61.9
16º V Bottas (Williams) 1 vuelta
17º C Pic (Caterham) 1 vuelta
18º G van der Garde (Caterham) 1 vuelta
19º M Chilton (Marussia) 1 vuelta

R J Vergne (Toro Rosso) Sistema hidráulico / Vuelta 23
R J Bianchi (Marussia) Motor / Vuelta 22
R F Massa (Ferrari) Trompo / Vuelta 4


Vuelta rápida: F Alonso. 1:33.468. Vuelta 51.


CAMPEONATO DE PILOTOS 
CAMPEONATO DE CONSTRUCTORES

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