domingo, 22 de septiembre de 2013

CARRERA: Gran Premio de Singapur 2013


DE OTRA GALAXIA


Singapur es uno de los mejores escenarios para la Fórmula 1. En una ciudad futurista, bajo la noche y los focos, el deporte se sumerge en un ambiente psicodélico, un paraíso para los fotógrafos y una delicia para aficionados y vips. Para los pilotos, la realidad es bien distinta. Sin tiempo para fijarse en los exteriores, ellos se limitan al trazado, y ése es uno de los más complicados, revirados y difíciles de todo el Mundial. Sin embargo, durante todo el fin de semana, un piloto ha hecho que desde fuera pareciera lo más sencillo del mundo.

Y es que si juntamos viernes, sábado y domingo, es muy difícil que encontremos una exhibición mayor de superioridad en los últimos años. Sebastian Vettel dominó las dos últimas sesiones de libres, marcó la pole renunciando a un último intento, y ha corrido como con un coche de otra categoría en este domingo. Los números hablan por sí sólos, y en esta ocasión son la mayor prueba. Al final de la vuelta 30, se marchó el Safety Car. Tras cruzar la meta como ganador, Vettel (que hizo 1 parada en la vuelta 44 mientras el segundo, Alonso, no pisó más los boxes) estaba 32.6 segundos por delante del siguiente. Igualmente, en las 6 vueltas posteriores a la presencia de Bernd Mayländer, le metió 12 segundos al Mercedes de Nico Rosberg. 2 segundos por vuelta. Ésa era la abrumadora ventaja que tenían Seb y el RB9 en Singapur.

Pero dejémonos de frías cifras y hablemos del desarrollo de la carrera, porque tuvo su miga. Vettel estaba en la pole tras el riesgo de ayer en la Q3, con Rosberg, Grosjean y Webber detrás de él. La salida parecía pan comido: zona limpia, con Nico sobre las virutas de goma y una recta muy corta, muy mal habría que hacerlo para no salir primero. Y, en efecto, todo salió mal para Seb en esa arrancada. Por primera vez en muchas carreras, Vettel patinó las ruedas y Rosberg se echó encima. El interior favorecía al Mercedes, así que todo se decidiría en quién frenaba más tarde.

Seb frenó en el último metro disponible, mientras que Nico, que si tenía alguna remota opción de ganar la carrera tendría que ganar la posición en la salida, usó su pie izquierdo dos metros más tarde. Eso, unido a que frenó sobre las canicas de goma, le condenó. No se ganan tres títulos por casualidad, y Seb Vettel ha demostrado una progresión exponencial en su desempeño en carrera en los últimos años. Mientras que en 2010 todo era velocidad pura, con poles y exhibiciones en clasificación, en 2011 vimos cómo a su endiablada velocidad los sábados poco a poco le iba añadiendo detalles en las carreras en las que no lo tenía todo consigo. No habría hecho 3 adelantamientos en la vuelta de salida de boxes de España 2011 el año anterior, ni aquella pasada a Alonso en Monza. Para 2012, sin la ventaja del difusor soplado, Vettel tuvo que usar todas sus armas en carrera en la gran mayoría de temporada en la que su coche no fue el mejor: adelantamientos oportunos como a Rosberg en la primera vuelta de Australia, la remontada de Bélgica, Abu Dabi o Brasil, la gestión de gomas casi perfecta de China...

Por ello, en Singapur 2013, tras la pasada crucial a Fernando en Baréin, todos intuímos que Vettel se sacaría de la chistera algo similar cuando Rosberg se estaba yendo largo. En vez de soltar los frenos antes y jugársela a un arriesgado exterior en una curva lenta como la 1, echó anclas, dejó que Nico fuese recto y giró a la izquierda tan pronto como su alerón delantero tuviera espacio. Rosberg lo mantuvo a la perfección y apenas perdió tiempo, pero Seb ya iba como un avión por su izquierda, con una tracción mucho más limpia y con la curva 3 favoreciendo al líder del mundial. La suerte de la carrera ya estaba echada.


Y estaba ya echada por mucho que Alonso hiciese una salida antológica. No es la primera no la segunda ni la tercera salida en la que Fernando se la juega todo al cara o cruz y vuelve a salirle cara. En este caso, en una de sus maniobras favoritas, vio el hueco por el exterior y frenó en la zona limpia, 10 metros más tarde de lo que el resto pudiera hacerlo. Alonso vio el caramelo y se lanzó a él con su valentía innata. Por increíble que pudiera parecer, Fer estaba tercero.

La carrera no tuvo más historia hasta que Daniel Ricciardo chocó contra el muro de la entrada del túnel, en la curva 18. A esta pared habría que llamarla "muro de los safety cars", al estilo de Montréal, pues muchas de las visitas que hace el Mercedes al circuito de Singapur son por accidentes en este lugar. Fue en la vuelta 24, cuando casi todos (salvo honrosas excepciones como di Resta) ya habían parado y elegido los neumáticos medios, menos Romain Grosjean, que repitió súperblandos. Cómo no, se desplegó el Safet Car, y Seb vio reducida a la mínima expresión su ventaja de más de 10 segundos, pero era la batalla estratégica la más importante en estos momentos.

Con la primera parada bastante reciente, la opción por defecto era no parar de nuevo. Sin embargo, tres hechos se conjuntaron: el primero, que unos medios nuevos bien podrían aguantar hasta el final de carrera si fuera necesario; en el peor de los casos, tendrían que hacer las mismas paradas que los demás sin excesiva pérdida; el segundo, que los dos Marussia habían sido doblados y por tanto se perdería un montón de tiempo mientras Charlie Whiting les dejaba recuperar la vuelta perdida, lo cual favorecía que los que parasen ahora llegasen al final; y el tercero, que podría ser perfectamente el primer Safety Car de varios. Ello haría que si volvía a salir otro, el dejarse los deberes de parar para más adelante saldría carísimo, por no hablar de que se podría llegar al límite de las 2 horas y que los medios tuviesen que soportar alguna vuelta menos. Por todo ello, no estaba tan claro que todos los pilotos pasasen de largo el pit lane.

Fernando Alonso fue el primero que paró. Ser tercero, a pesar de los pesares, no le valía casi de nada al español. Tras él, Massa, los Lotus, los McLaren y los Sauber entre otros. Es decir, Red Bull y Mercedes fueron los únicos punteros que se mantuvieron fuera. Ello les obligaba a abrir un hueco sideral en las vueltas iniciales para luego tener que recuperar menos con las gomas más frescas. Pero, obviamente, los que habían parado bajo Safety Car acababan de poner ruedas nuevas (aunque el largo período de SC invalidó parte de esa ventaja). Por eso, Vettel tendría que trabajar de lo lindo para abrir un hueco de 28 segundos en las siguientes 20 vueltas con unas ruedas usadas.


Y desde el momento en que Mayländer apagó las luces, Sebastian Vettel desplegó una velocidad a la altura de los mejores momentos de la década. No fue una exhibición con un coche inferior como Alonso en Malasia 2012, o una paliza bajo la lluvia como la de Hamilton en Silverstone 2008. Fue la conjunción entre un piloto en un estado de forma descomunal y un coche sideral. El resultado: dos segundos por vuelta durante los siguientes 10 giros. Una auténtica animalada de sectores y vueltas en color púrpura, sin que nadie estuviera ni remotamente cerca de responderle. Fue otra dimensión.

Por eso, merece la pena más hablar del resto de la parrilla. Alonso estaba en quinta posición, encabezando el pelotón de Grosjean (que pronto abandonaría por problemas en el sistema neumático), Di Resta (desincronizado en cuanto a paradas), Massa, Button y Räikkönen. El finés había comenzado desaparecido, con una parada temprana y luego aprovechando el SC para hacer su 2ª parada y poner medios, tratando de llegar al final. Ello le hizo renacer y ser un candidato a sumar buenos puntos al final del partido. Tras Vettel, eran Rosberg, Webber y Hamilton los que tenían mucho más crudo abrir la distancia que se necesitaba, y desde luego el Safety Car acabó con sus opciones de podio, salvo que hicieran una remontada memorable en los últimos giros, adelantando al grupo anteriormente mencionado.

Los 3 pararon entre las vueltas 40 y 43, mientras que Vettel, holgadamente por delante de Alonso, lo hizo poco después e incluso salió por delante del español (30 segundos en 14 vueltas). Webber aprovechó la ventaja de parar antes para superar a Rosberg, pero tenían una larga ristra de coches por superar para llegar al podio. Eso dejó a un soberbio Fernando en 2ª posición. El español, con un coche unas décimas inferior a priori al de Lotus o Mercedes, no fue ningún tapón cuando subió a la 3ª posición. De hecho, Webber fue incapaz de acercarse a él a menos de 1 segundo, y nunca dio la impresión de ser realmente más rápido que él. Realmente, no pudo hacer nada más. Nada más. Y tras él, Button se defendía de Räikkönen. El McLaren conservó muy mal las ruedas y la distancia con Fernando creció a pasos agigantados conforme avanzaba la carrera. Eso hizo que en la vuelta 55 Kimi le hiciese un fantástico exterior en la curva 14 para subir a posiciones de podio, esas que en McLaren todavía no han olido en 2013.

La carrera ganó en emoción en estas vueltas finales. Webber y los Mercedes se abrían paso por el pelotón. Gutiérrez, Hülkenberg y Pérez fueron víctimas sin que apenas pudieran plantas oposición. Rosberg no sólo adelantaba a los mismos pilotos, sino que a la vez tenía que defenderse de un desatado Hamilton. El inglés era el gran favorito para lucharle a Vettel la pole, pero falló el sábado y calificó en un pobre 5º. Eso le condicionó todo el fin de semana, y ahora se encontraba detrás de un Rosberg del que se sabe mejor. Pero eso hay que demostrarlo a diario.

Webber llegó a la cuarta posición tras pasar a los McLaren y a Massa, y parecía estabilizarse en la 4ª posición, pero un desafortunado problema en la transmisión le hizo primero ralentizar el ritmo al tener que cambiar a muy bajas vueltas, y luego, tras ser fácilmente adelantado por los Mercedes, retirarse en la última vuelta con una barbacoa en la parte trasera. Además, al subirse al coche de Alonso en la vuelta de honor para volver a boxes, se llevó una reprimenda por la peligrosidad que ello suponía, y al sumar ya 3 esta temporada penalizará con 10 puestos en la parrilla del próximo Gran Premio. Un triste final de carrera para un piloto que ha quedado retratado este fin de semana.

Y es que ha quedado retratado por un chaval de 26 años, que este fin de semana, con su mismo coche, ha estado a un nivel estelar. A bordo de un coche magnífico, pero haciendo una conducción rayana en la perfección, Sebastian Vettel ha dado una estocada definitiva al campeonato, en un fin de semana sencillamente maravilloso. El cuarto título mundial, si como todo parece es para él, le pondrá en la cúspide de la Fórmula 1.



 RESULTADOS DE LA CARRERA

S VETTEL (RED BULL) 1:59:13.132

2º F Alonso (Ferrari) +32.6

3º K Räikkönen (Lotus) +43.9
4º N Rosberg (Mercedes) +51.1

5º L Hamilton (Mercedes) +53.1
6º F Massa (Ferrari) +63.8
7º J Button (McLaren) +83.3
8º S Pérez (McLaren) +83.8
9º N Hülkenberg (Sauber) +84.2
10º A Sutil (Force India) +84.6
11º P Maldonado (Williams) +88.4
12º E Gutiérrez (Sauber) +97.8
13º V Bottas (Williams) +105.1
14º J Vergne (Toro Rosso) +113.5
15º M Webber (Red Bull) Cambio / 1 vuelta
16º G van der Garde (Caterham) 1 vuelta
17º M Chilton (Marussia) 1 vuelta
18º J Bianchi (Marussia) 1 vuelta
19º C Pic (Caterham) 1 vuelta
20º P di Resta (Force India) Accidente / 7 vueltas

R R Grosjean (Lotus) Sistema neumático / Vuelta38
R D Ricciardo (Toro Rosso) Accidente / Vuelta 24


Vuelta rápida: S Vettel. 1:48.574. Vuelta 46.


CAMPEONATO DE PILOTOS 
CAMPEONATO DE CONSTRUCTORES

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